Ponemos el punto de inicio de su investigación en el siglo XV con Flavio Biondo junto al Papa Pío II (1450) (Morales, 2017, p. 4-5), quien, por primera vez, identificó el complejo como la antigua residencia de Adriano. Como curiosidad, Francesco di Giorgio Martini dibujó uno de los primeros bocetos arquitectónicos de la villa, en concreto en la Academia, sobre el templo de Apolo (sobre 1465) (Adembri, 2000, p. 48). Tras él, ya en el siglo XVI, una de las primeras excavaciones se llevó a cabo por parte del arquitecto Pirro Ligorio (1550-1568), el cual se encargó de diseñar, con influencia de Villa Adriana, la Villa d’Este para el cardenal Hipólito II d’Este (Adembri, 2000, p. 48). Hubo un gran saqueo por parte de los propietarios posteriores al descubrir las riquezas que allí se conservaban. Otra personalidad por destacar dentro de este siglo sería Giovanni Maria Zappi, que siguió el estudio historiográfico del yacimiento en 1580 (Franceschini, 2016, p. 55).
Durante el siglo XVII y XVIII siguieron estas series de rapiñas. Entre los personajes más importantes tenemos a los padres jesuitas (mitad del siglo XVII), que extrajeron unas estatuas de mármol negro inspiradas en el arte egipcio que se conservan hoy en los Museos Vaticanos. Después, los condes de Fede, que construyeron sobre edificios importantes como el Templo de Venus (ilustración 3), con ayuda del arquitecto Luigi Canina (desde 1730) (Adembri, 2000, p. 49). En tercer lugar, se encuentra el cardenal Furietti, al que se atribuye el encuentro de los centauros en mármol gris y el mosaico con palomas de la Academia (1736), con el permiso de Simplicio Bulgarini, quien, desde el siglo XVI, poseía una gran parte de la zona (Morales, 2017, p. 13). Por último, Gavin Hamilton (1869) recuperó del estanque de Pantanello otra gran cantidad de obras de mucho valor (Morales, 2017, p. 7). Otros autores por destacar son Francesco Contini (1668), Girolamo Fabri (1672) o Giovani Pietro Bellori (1664) (Franceschini, 2016, p. 121-129).
Tras pasar por varias manos que no supieron conservar el valor de Villa Adriana, la unificación de Italia significó una nueva etapa de esplendor para la villa. Pietro de la Rosa comenzó lo que serían las primeras investigaciones científicas, gracias a la compra del gobierno del dominio de los Braschi en 1870 hasta 1890. Luego, el Real Superintendente de las excavaciones en Roma (1990-1992), llevó a cabo las siguientes excavaciones junto a Alessio Valle y Roberto Paribeni (Morales, 2017, p. 6-7).
Desde 2008, el Ministerio de Cultura y Deporte de nuestro país, a través de la Universidad Pablo de Olavide y apoyado por el Instituto de Patrimonio Cultural de España, se ha interesado por la excavación arqueológica de este lugar, realizando cada año investigaciones arqueológicas en la villa.
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